3 principios básicos para liderar equipos de trabajo en la era digital

Un contexto inédito requiere un pensamiento creativo, radical y armónico, que acepte voces diversas, disonantes, complementarias, para crear un sentido común y orgánico. Necesitamos un pensamiento exorbitante (capaz de pensar fuera de la órbita de los lugares comunes).

Ante tiempos complejos como los que vivimos, es importante que nos cuestionemos si cargamos con el lastre de prácticas que ya no funcionan de los paradigmas del pasado, incluso cuando llevamos el estandarte de la tecnología con orgullo. Hay una tendencia a querer digitalizarlo todo, pero no siempre cambiamos de forma equilibrada las formas de pensamiento.

Mejora la tecnología a nuestro alrededor, pero no cambia la filosofía detrás del proceso. La comunicación es un gran ejemplo. Tenemos todas las herramientas para hablar de inmediato con cualquier persona en el planeta de forma instantánea, pero eso no ha incrementado en ninguna magnitud nuestras habilidades de escucha, comprensión o discernimiento, por lo que, a pesar de estar tan conectados, cada vez nos sentimos más alienados. Ultra conectados, pero separados en la profundidad.

3 claves que no podemos olvidar como herramientas para crear esta calibración:

  • El sentido y el propósito son primero

    El riesgo del avance de la tecnología es la productividad sin sentido. Las reglas de evolución
    suponen una adaptación saludable al entorno, por lo que hay que considerar los efectos
    potencialmente nocivos de nuestras interacciones. Para lograrlo, necesitamos tener presente
    siempre el propósito que nos conduce y tener conversaciones al respecto de forma cotidiana.

    Los equipos tienden a caer en la inercia del trabajo sin cuestionarse para qué siguen existiendo, cómo trabajan y cómo pueden hacerlo mejor. Liderar en la era digital requerirá utilizar todas las herramientas a nuestra disposición para facilitar y potenciar estas conversaciones.
  • Una visión desde la complejidad

    Todo ha cambiado excepto la gestión de la gente. Así como cambia el software, necesitamos
    actualizar el sistema operativo de las empresas. La complejidad requiere una estrategia de
    pensamiento, a la vez reflexiva, no reductiva, polifónica y no totalitaria/totalizante. Las relaciones
    humanas no son complicadas (predecibles en su resultado) más bien son complejas (inciertas por
    sus interacciones).

    Cada vez es más difícil comprender la exponencialidad y los efectos en red. Sin duda, laInteligencia Artificial, la Big Data y el Machine Learning serán importantes en esta tarea, pero sólo si podemos emparejar el propósito de las empresas o la economía, sólo si logramos recuperar una visión más amplia de nuestro impacto en el mundo y los unos con los otros.
  • Recuperar la colectividad humana
    Es necesario que los equipos tengan espacios continuos de expresión interdepartamental para entender el contexto en el que están inmersos. Para aprovechar la expansión de la digitalización,
    será necesario que existan dentro de la empresa momentos en los que un equipo de alto rendimiento interaccione con otro de forma orgánica.

    Para ello necesitamos redescubrir los factores de aglutinamiento que nos convierten en tribus. ¿A qué nos afiliamos? Si nos olvidamos de esta pregunta fundamental, olvidamos que nuestro cerebro, por prodigioso que sea, se adapta y cambia lentamente. Somos seres sociales y estamos perdiendo interacción real.

En Jay Consultores tenemos más de 20 años de experiencia liberando el potencial de las personas