La pregunta hoy es: si ya nos ocupamos de la cultura organizacional en los tiempos pre-pandemia, ¿Cómo hacemos ahora para mantenerla, construirla o mejorarla en tiempos donde muchos colaboradores están en sus casas, trabajando desde hace meses, sin estar juntos, sin los eventos típicos y rituales que los definían, que los diferenciaban y que los comprometían?
Estas preguntas se las están haciendo todos los líderes que, preocupados por perder su identidad corporativa, buscan nuevos medios para diferenciarse ante una experiencia del colaborador lejana y “plana”, que arranca en sus propios hogares.
A continuación, analizaremos algunos elementos e ideas que deberíamos contemplar para mantener la cultura de la organización, aun laborando remotamente.
- Conecta con el propósito de la empresa.
Este tiempo es una excelente oportunidad para colocar al propósito al frente, así como en el centro de la corporación y conectar el por qué y para qué en momentos donde la gente más lo necesita. Es un anclaje emocional que nos alinea como organización y nos compromete como personas. Es un factor clave para retener a las nuevas generaciones. - Genera conexiones nuevas y fuertes.
La cultura organizacional son aquellos valores, prioridades e intereses que generan pertenencia y una conexión única en los colaboradores. Es importante asegurar estos puntos únicos de conexión que serán compartidos por los nuevos y diferentes grupos de empleados con los que regresaremos en la post-pandemia. - Comunica diferente… y escucha.
La comunicación es la sangre de la organización. Los mensajes llevan emociones, ideas y sueños a todos. Cada vez más, la comunicación segmentada, honesta, directa, relevante e incluyente es fundamental para mantener unido a todo el sistema organizacional.
Analizar qué y cómo estás comunicando hacia arriba, hacia los lados y hacia abajo, hacia dentro y afuera es fundamental para que los mensajes clave lleguen e impacten positivamente a todos los grupos de interés. Ante todo: escucha más y mejor. - Mantén los rituales clave de la organización.
Identifica esos rituales que eran únicos e intenta replicarlos, o desarrolla varios nuevos. Diversos estudios demuestran que entregar un paquete de productos a la casa del colaborador, aumentó su compromiso un 17 por ciento. Las plataformas digitales de colaboración, la mayoría de ellas gratuitas, nos permiten llevar a cabo actividades y sesiones de equipo, hacer concursos y planificar eventos sociales de manera divertida y remota. - Involucra más a los equipos para definir los «cómo».
Este momento en el que los líderes no tienen todas las respuestas es una oportunidad para involucrar a todos para encontrar los “cómo”. Es una oportunidad para fortalecer la cultura de participación e inclusión, utilizando la innovación y creatividad para poner las mejores ideas de todos al servicio de la compañía.
Esta oportunidad nivela la contribución de grupos o personalidades que no sabían o querían participar, generando igualdad de circunstancias y posibilidades para todos. Estos procesos fortalecerán y permanecerán una vez que esto pase y generará un capital intelectual invaluable para la firma. - Mejora el reconocimiento formal e informal.
Los modelos pre-pandemia y los actuales ya no funcionan. Las métricas y los KPI han cambiado, así como se han acortado los tiempos con que los mirábamos y eran relevantes.
Algunos de los procesos críticos para mantener una cultura fuerte son el reconocimiento y las recompensas.
Debemos reconocer la resiliencia, las metas semanales, los logros pequeños y grandes, así como la colaboración para generar un ambiente de motivación en los equipos donde cada día parece el mismo y donde la gente espera señales positivas ante una incertidumbre constante.